Vistas de página en total

domingo, 31 de diciembre de 2017

Bienvenido 2018.

Cuando  alguien escribe un blog, en una especie de correspondencia con una misma pero destinado a un infinito de potenciales lectores, doblar la esquina de un año para otro es siempre un poco lo mismo. Sin embargo, cuando una crece de año en año, se hace mayor, se pinta las canas al tiempo que se dibujan espontáneas y sin avisar las manchas de la edad en sus manos y en su rostro, no puede evitar hacer balance, aunque sea breve. No es tiempo de glosar las victorias ni de dolerse por las derrotas. 2017 ha sido un buen año, no sé si un año reserva, pero si un buen año. Lo empezaba recuperando, a mi pesar, parte de una banda sonora que creía perdida y lo cierro con el descubrimiento de Rozalén y de la canción más bonita de mundo. Escuchad el disco y los que me seguís sabéis cuál es.
Pero lo cierro con cierto regusto amargo, bastante amargo. No voy a dar más pábulo que el imprescincible a algunas cosas que pasaron por Quirós, de hecho no voy ni a mencionarlas, porque realmente se llevaron más tiempo del que merecían. Borrón y cuenta nueva, pero sí voy a hablar de desidia, la desidia que ha impedido que a última hora tengamos presupuestos en Asturias y sigamos con ellos prorrogados, la desidia que impide que la Fábrica de Armas de Oviedo tenga un plan de futuro que pase por la recuperación de este espacio para la ciudad. Una ciudad que le debe mucho, mucho a la Fábrica, no solo urbanisticamente hablando y a la que parece que se le quiere dar la espalda, negando el pasado industrial de esta Vetusta burguesa que sin Fábrica no se entendería como la entendemos. Como bien recordó la chica que nos hizo la visita guiada durante las Jornadas de Patrimonio, "yo nací mirando a la Fábrica". Yo también, por lo que no puedo dejar de reinvindicar ese plan que dé vida o mejor, devuelva la vida a ese increíble espacio donde caben diecisiete campos de fútbol. Y mientras preocupados por el Bulevar de Santuyano abandonamos a su suerte a barrios tan diferentes como Ventanielles dónde la droga y los yonkis nos devuelven a los años ochenta, El Cristo al que sacarle el hospital de allí fue como a quién le extirpan una parte y no le ponen anestesia, ni medidas de profilaxis posteriores ni preventivas, ni curas ni nada de nada. Otro espacio para recuperar. Por favor, señores políticos pónganse a pensar. Y piensen y solucionen por favor, la situación de la Capilla de la Cadellada antes de que echen el cierre por derribo y tengamos que cerrar los ojos a la desaparición del mural de Paulino Vicente que viste sus paredes. Cómo se puede construir un hospital del calibre del nuevo HUCA y no mirar alrededor, no dicen que dónde va el asa va e calderu, no había presupuesto para por lo menos, proteger la vieja capilla? Vamos un desastre.
Pero si algo me saca especialmente de mis casillas es la desidia que rodea a San Pedro de Arrojo, cerrada al culto desde mayo, monumento nacional de concejo de Quirós y al que ni siquiera se han acercado a evaluar los técnicos de Patrimonio. Vamos a ver, por favor, lo dejamos caer también. En este punto no eximo de responsabilidad a ninguna de las administraciones y agentes implicados, empezando por la Iglesia. Por favor, pedid lo que tenéis que pedir y dejaros de juzgar lo que no tenéis que juzgar.
En este  mi mundo, particular y personalísimo, la vida se mide por compromisos. Compromiso,  trabajo, buen hacer o al menos intentarlo, buena gente trabajando por construir un mundo mejor alejado de maniqueísmos y de fariseos (que de ambos hay muchos, muchísimos). Así que en este repaso rápido a  algunas de las que así a bote pronto, se me ocurren como preocupaciones enlazó con mi felicitación de Año Nuevo y aprovecho para desearos muchas felicidades familia y amigos. Que este año venga cargado de lo único verdaderamente necesario SALUD y PROYECTOS para compartir, HUMOR para ver crecer a los niños y envejecer a nuestros mayores con dignidad, COMPROMISO y abandono de la DESIDIA que tantos males trae consigo, VALOR para defender nuestros derechos, CAPACIDAD para sorprendernos, VIAJES, LECTURAS, fotografías que recojan nuestros recuerdos, muchas bendiciones y PACIENCIA para seguir remando en el desierto. Un abrazo enorme!

sábado, 16 de diciembre de 2017

Generaciones

Cuando Charles Ragsdale (Mystic, Conneticut, 1980), fotógrafo estadounidense afincado en Sevilla supo por casualidad que la abuela de uno de sus amigos cumplía 105 años empezó a gestar en su cabeza un proyecto en el que ha estado trabajando desde enero de 2016. Primero navegando por Internet, usando las redes sociales y luego utilizando los cauces facilitados por los Ayuntamientos comenzó a esbozar lo que hoy es "Generaciones" un proyecto con corazón que supuso retratar la historia de las familias de estas personas tan ancianas, fotografiando a la persona de mayor edad con su descendiente más joven. Pasado y futuro reunidos en el presente para el objetivo del americano sonriente.
"¿Cuántos españoles habría que hubieran pasado con cierta amplitud un siglo de edad?" se preguntó y empezó la tarea. Realmente son muchas las personas de esa edad en nuestro país aunque no todos se encuentren en condiciones de conversar o de participar en una sesión de fotos. "Hay que ser respetuoso y querer honrar y reflejar la historia de estas personas. Si lo haces con cariño a la gente le encanta la idea" me contó cuando nos conocimos, al tiempo que me explicaba que hay que ponerse en la piel de la familia y entender que no todas aceptasen su proposición (meterse en su casa para alterar el ritmo lento de una persona en el ocaso de su vida puede ser contraproducente), sin embargo, también comentaba sorprendido la grata acogida que tuvo su proyecto, cuya finalidad primera era preparar una exposición como el homenaje merecido a sus vidas y a los caminos recorridos y, al tiempo, que refleje su relación con sus familias.
El trabajo de este fotógrafo entusiasta le llevo por todo lo ancho y largo del país y, claro, también a Asturias, donde estadísticamente existen muchas personas de edad avanzada. No hay una única razón para que esto ocurra, ni científica, ni social. Todas ellas coinciden, sin embargo, en comer sano, no fumar y trabajar mucho como parte de la fórmula, pero como dice el propio autor "esto es común a muchas personas y no todas llegan a esa edad, más bien creo que se trate más de un componente genético". Trabajar mucho, sí, creo que es una clave importante.


En su paso por Asturias es cuando  yo le conozco. Cuatro días, cinco familias. Francisca García (Salcedo 2010- Bárzana 2016), la abuela de Quirós y otras cuatro familias asturianas aceptaron gustosamente el reto, entre ellas también se encontraba otra vecina de la zona Sagrario Fernández de 105 años y vecina de San Bartolomé de Belmonte de Miranda. Cuando Charles buscó un contacto en Quirós a través del grupo de FB "Somos de Quirós", algunos como Judi de Faedo, Jorge el taxista o yo misma fuimos los que abrimos los cauces para  poner en contacto al buscador con el tesoro y así Charles conoció a Quica y a su familia y, mientras tanto, se alojó en mi casa que casualmente está en la misma aldea en la que nació Quica. De esta forma Charles tuvo la posibilidad de respirar el mismo aire que respiró esta anciana tan querida y respetada en Quirós y de conocer los lugares que fueron escenario de su vida. Quica y Charles se encontraron en Bárzana el 20 de junio de 2016 y delante de la residencia de ancianos donde ella vivía, en medio de la capital del concejo que la vio nacer y del que nunca se fue, hicieron la "foto de su vida" junto a su sobrino bisnieto Eloy.
Por qué acogí a Charles en mi casa os preguntaréis. Es sencillo, en primer lugar creía que había una historia guapa que contar y pensé "esto no me lo pierdo" y en segundo lugar, me parecía una fórmula mágica para poner un broche de oro a la vida de Quica como efectivamente fue apenas unos dos meses despúes. Nos pasamos la vida conviviendo con nuestros mayores sin detenernos muchas veces a escucharles, el trabajo de Charles simplemente me pareció una idea genial.

Todas estas personas son nuestra historia viva, fotografiarlas con sus descendientes más jóvenes supone establecer un puente entre pasado y futuro. Ojalá estos niños y jóvenes recojan el testido de estas vidas en el final del camino, ojalás sus vivencias les sirvan para aprender y crecer.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Aquellos médicos rurales


Carmen en Casa Jamallo celebrando su jubilación.
En agosto de 1976, pasada Alba, fecha que marca y marcaba el avanzar del año en Quirós, una joven de 24 años, acompañada de su marido, llegó a Bárzana en un mini a buscar casa. Mari Carmen Echegaray Pérez, descendiente del premio Nobel de Literatura José Echegaray, recién licenciada en Medicina, venía a tomar posesión de su plaza como médico de cabecera. No les fue difícil encontrar un techo y tres o cuatro días después volvieron a instalarse “Volvimos con una furgoneta y los pocos muebles que teníamos. Nos ayudaron los vecinos a instalarnos. Tuvimos muy buena acogida desde el principio”. Unos meses antes su suegro que se había trasladado por motivos laborales a Asturias, empezó a contarles lo increíble que era esto. “Nos describía un lugar ideal, de gran belleza y venga a decirnos veniros, veniros. Acabábamos de finalizar la carrera. Yo me licencié, recogí mi título y en agosto empecé a trabajar en Quirós. Era un momento en el que aún no había Facultad en Asturias, y los médicos que ejercían aquí venían de Valladolid, Salamanca o León, en Madrid empezaba a haber exceso de médicos y nos lo planteamos como una aventura.”
Traía consigo un maletín, un fonendoscopio, el aparato de tomar la tensión y unas ganas enormes de descubrir la magia de su profesión.
Puestos en contacto con la Jefatura Provincial de Sanidad que estaba en General Elorza en Oviedo, les recibió el jefe de personal José Ramón Tolivar Faes que casualmente había comenzado su carrera de médico en Quirós “Tolivar era el clásico médico humanista, de la escuela de Marañón. Me enseñó un mapa de Asturias lleno de banderitas y chinchetas de colores. Había nueve localidades sin médico. Busqué la que estaba más cerca de Oviedo, mi marido tenía que ir y venir para hacer la especialidad al Hospital de Asturias: Bárzana, 42 km desde Oviedo. Me hizo los trámites, nos pasamos por el pueblo a presentarnos y a hablar con los vecinos. Manuel Formoso ocupaba la otra plaza de médico, llevaba cuarenta años ejerciendo. Yo ocupé la otra.”
Instalada en el bajo de Evaristo, muy cerca de lo que fue el almacén de Argentino y Marica en la misma entrada de Bárzana y en el que podías comprar cualquier cosa, mientras daba sus primeros pasos en el ejercicio de su profesión comenzó a conocer a los quirosanos de los que habla con infinito cariño. “La gente era entrañable. Ipi de Faedo, que vivía encima, me bajaba la comida. Yo echaba mucho tiempo con cada paciente y tenía en una de las habitaciones de la vivienda  la consulta, me daban las mil y entonces bajaba Ipi y decía “dejai comer a la neña, hoooo”.
Carmen sentía la necesidad de conectar con el pueblo en el que vivía más allá que su trabajo y encontró la fórmula cuando conoció al director del colegio y a los dos sacerdotes que llevaban la parroquia. “Angel, el director era un hombre que vivía en Oviedo pero estaba muy vinculado a Quirós donde pasaba muchas horas trabajando en el cole y muy implicado con el proyecto educativo. Los sacerdotes, Vicente y Nacho también eran jóvenes. Vicente era un muchacho tan próximo que jugaba la partida con los más comunistas del pueblo” (en aquellos tiempos en los que los comunistas y los sacerdotes era polos radicalmente opuestos o eso se vendía). Empezó a relacionarse con la gente joven organizando entre todos una obra para Navidad. “Éramos un grupo con una ilusión y unas ganas de trabajar tremendas” En aquella obra, que iba tejiendo la historia de la Navidad a partir de las letras de villancicos populares, querían trabajar todos y para poder darles papeles se fueron incorporando escenas “que teníamos doce niños, pues vamos a vestirlos de ovejas y que salgan con un pastor. Colaboraron todos, las madres. Aurorita y Daniel el panadero hicieron una obrita escrita por García. Resultó muy bonito. Como no había salón de actos en el colegio, lo hicimos en la entrada, decoramos las columnas, pusimos un tejadito para que fuera el Portal de Belén. Un coro cantó dos villancicos, un grupo bailó el Xiringüelu. Resultó una función navideña preciosa.”
Formaron una especie de asociación que llamaron “Grupo Cultural de Quirós, nos reuníamos todas las semanas y discurríamos fórmulas para dinamizar de alguna manera la vida cultural. Al año siguiente organizamos la Cabalgata de Reyes. También intentamos construir un refugio en los Puertos de Agüeria pero vino el mal tiempo y se quedó en proyecto.”
De aquellos cursos escolares quedan las charlas de educación sanitaria que organizaba. Había más de doscientos niños en el colegio y Carmen conocedora del problema de bocio endémico que había en la zona y puesta de acuerdo con los responsables sanitarios y escolares, programó acercarse a los niños yendo al colegio. Reconocimientos médicos, charlas sobre alimentación y nutrición, prevención de accidentes, primeros auxilios, patologías banales. “Llegaba primero con un proyector y dibujos muy sencillos hechos por mi misma y más tarde, gracias a Tolivar pude hacerme con una colección de diapositivas.”
Su relación con su colega local, sin embargo, fue escasa “Era un médico mayor que probablemente había perdido la ilusión después de tanto tiempo ejerciendo. A nivel profesional me encontraba un poco sola. Empecé a reunirme con los médicos de Proaza y Teverga. Jaime Profitos estaba en Proaza. Era un traumatólogo de Barcelona al que una depresión y la recomendación de su siquiatra trajó a la comarca. “Vete a un pueblo donde lo más interesante sea ver a un perro mear” le dijo y José Luis Cadierno era un médico de cabecera que luego fue pediatra en Gijón. “Nos encontrábamos para hablar de casos, y hacer una especie de seminarios, una semana de la artrosis, otra del asma. Se trataba de mantener la moral y la capacitación científica. Entonces para mantenernos al día solo teníamos revistas. Con Profitos llegamos incluso a hacer pequeñas cirugías sin necesidad de trasladarse al Hospital: hemorroides, fimosis,….”
Recuerda con cariño su primer paciente “un señor de Salcedo que se cayó del caballo, fue una lipotimia y todo quedó en un susto”. Veía hasta cincuenta personas diarias sobre todo, los días de feria. A primeros de mes, aprovechaba la gente para ir al médico. “Había cosas que me llamaban la atención, por ejemplo, cómo se hacían los tratos en la feria, el valor de la palabra dada, la forma de hablar, tuve que hacerme un pequeño diccionario. Era una medicina muy artesanal. Teníamos que hacerlo todo in situ y salir adelante”. Tiene  muchas anécdotas: subir en mula a visitar a un enfermo y que la mula se metiera directamente en la cuadra, ir en coche y volver en tractor porque había empezado a nevar sin tregua, hacer suturas alumbrada con un carburo, llegar a un pueblo a las 19.00 y que estuvieran acostados o el día que después de llevar un rato sentada en la cama con el paciente preguntándole sobre su estado, éste le decía a su familia “¿cuándo me vais a buscar al médico?” En aquellos días eras médico día y noche, la gente llegaba en cualquier momento para que hicieras un domicilio, contarte un problema o traerte algo.” Aprendió mucho también de aquellas mujeres que sanaban pequeños males con remedios naturales, aprendieron juntas a conjugar la medicina científica con la tradicional.
De aquella época es el primer consultorio “Pusimos el consultorio en las colominas. Aprovechamos mesas y sillas que estaban en un almacén abandonadas, creo que provenían de una antigua escuela y yo coloqué mi sillón y mi vitrina. Hacía muchísimo frío. Puse unos radiadores en la sala de espera y en la sala de exploración, pero recuerdo pasar consulta muchas veces con anorak.” Como la situación geográfica era la que es con la diferencia de que no había carreteras y las que había eran como eran, Carmen programaba un itinerario por los pueblos para visitar a los mayores. Unas veces pasaba consulta visitando los pueblos de Villar y Salcedo y la siguiente vez se acercaba a Cortes y Lindes.  “La gente me esperaba porque sabía que iba a subir. A veces, cogía a los niños y me los llevaba conmigo, quedaban allí con alguna vecina,  merendaban mientras yo hacía domicilios. Teníamos un taca-taca plegable para la pequeña”. Hacía la campaña de vacunación de la gripe “La enfermera titular no estaba en Quirós, tenía la plaza por la que cobraba, pero trabajaba de comadrona en Oviedo. Llevaban tiempo en esta situación y parecía que se iban arreglando pero esa no era solución. Necesitábamos a la enfermera. Tardé mucho en conseguir que la titular se diera de baja y luego vino un enfermero jovencito que empezó a trabajar. Piensa que por aquel entonces había muchos inyectables, hoy casi todo es por vía oral.”
Cuando se fue Carmen se llevó tres hijos quirosanos, los tres mayores, pero también muchos amigos con los que aún mantiene relación Gerardín de Paso´l Río, Maruja la de Jamallo, Ramón y Julia los del Molinón, Ana la de Volusiano, Pepe y Carmina, los del Ocaso, Ipi… “Ana cuido a mis hijos. Era de la familia, cuando nos fuimos a pasar la baja maternal de mi segunda hija, alquilamos una casa en Santa María del Mar y se vino con nosotros. Había una serie de mujeres encantadoras, tremendas y muy fuertes.” Cuenta con una sonrisa permanente que en Quirós empezó todo, como madre y como médico. A pesar de que ha trabajado muchos años en ciudad, después de aquella experiencia nunca abandonó el espíritu de médico rural, la cercanía, la proximidad al paciente, la necesidad de ofrecerle confianza. Acaba de jubilarse de su plaza en el centro de salud de Contrueces y presume con humildad del homenaje que le han dado los pacientes. “El de los compañeros te lo esperas, pero el de los pacientes tiene otro sabor.”


Un tercio de los médicos que trabajan en la España rural se jubilarán en los próximos diez años. No existe relevo generacional y se prevé entrar en déficit antes de 2025. Esta situación, altamente preocupante que la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria denuncia desde hace tiempo y ya que fue admitida por el Ministerio de Sanidad en 2011 y recogida en el informe “Oferta y necesidad de especialistas médicos en España (2010-2025)”. Llegando a la  mitad de este período temporal, las soluciones no parecen verse y el horizonte se vislumbra desesperanzador. Que comunidades como Asturias estén afectadas por el envejecimiento, la despoblación, la meteorología y las comunicaciones (aunque estas dos últimas no son, de ninguna manera, las que fueron) podrían explicar algunas de las dificultades para atraer médicos de familia a los pueblos. No tendría que ser así porque plazas como Bárzana ofrecen algunos alicientes que nunca tendrían otras: calidad de vida, tranquilidad, cercanía a los enfermos que son tus vecinos y, hoy, proximidad a Oviedo. Algunas carencias denunciables, eso sí, las dificultades del acceso a Internet en estos lugares y quizás el hastío ante la impasibilidad de las administraciones por mirar al mundo rural y enfrentar sus problemas, abocan a esta profesión de médico rural a expedir recetas a enfermos crónicos y expedir certificados de defunción. Este es sólo uno de los problemas de los llamados concejos de montaña, porque el Paraíso Natural quizás tenga los días contados, no por su belleza sino por el abandono total que acabará por sufrir.

martes, 28 de noviembre de 2017

De Puertas Adentro. Breve apunte sobre la autora


Maribel Gijón, es quirosana por los cuatro costados. Su madre Maruja, sus abuelos maternos Vicente y Amada de Vallín, su padre Isolino, sus abuelos paternos Emilio y Sagrario de Villaurille, cree que no tiene ni una gota de sangre de ningún otro lugar. A principios de los 60 sus padres se trasladan a Mieres y con ellos Maribel y su hermano. Maribel tiene apenas 3 años y crece allí. Acude al colegio, pasa su infancia y juventud hasta que independizada y se traslada a Gijón donde vive actualmente. Afirma que “Quirós, Mieres y Gijón están grabados en mi alma y en mi corazón, los tres lugares son parte de mí de la misma manera y por igual”. Sin embargo, a pesar de vivir fuera tantos años, no pierde en ningún momento su relación con Quirós, “éramos de esos niñ@s que teníamos pueblo, algunos amiguin@s nos decían con pena de no tenerlo ell@s también. A los pocos días de tener vacaciones en el colegio en mi casa ya estaban las maletas preparadas para ir con los abuelos a pasar las vacaciones de verano, Navidades y Semana Santa”.
Cuenta el viaje de Mieres a Quirós como una auténtica aventura, esperando en la estación el tren del Vasco, trasbordo rápido en Fuso la Reina, y luego delante de la Fabrica de Trubia coger la línea que les conducía hasta Bárzana, “recuerdo el quiosco con la máquina de bolas de chicle enfrente, había que echar moneda, no recuerdo cuánto costaban, pero una bola pa cada uno nos compraban mientras esperábamos y luego la subida hasta Vallín. Mis padres estaban unos días pa ayudar a la “yerba” o al “sanmartin” y volvían a Mieres, nosotros quedábamos todas las vacaciones. Casi ya terminándolas volvían mis padres para bajar todos a Villaurille con los abuelos paternos, ellos para ayudar también a la “yerba” y demás labores temporales y nosotros para compartir el tiempo que quedaba de vacación también con ellos”.
Recuerda esos días con gran ternura. Olores, sabores, sonidos. Recuerda hasta el lugar de cada piedra. Su abuela Amada preparando las fiambreras pa llevarlas al prao pal almuerzo del resto de la familia que hacia horas que ya estaba en la labor, “ella quedaba haciendo la comida y con los nenos, pa luego ir ya con todo y con todos a llevarla. Entonces ella se unía al trabajo. A nosotros, a veces, nos dejaban un garabato o una ..., ¡no recuerdo del nombre! pa revolver la “yerba”,  nos mandaban a por agua, que por cierto siempre estaba el manantial en lo mas alto del prao e íbamos refunfuñando, pero sobre todo nos mantenían a la sombra de alguna castañal, seguro que pa que no estorbáramos. Recuerdo jugar a hacer formas con las hojas de la castañal quitando la hoja entre los nervios pa dejar hojas diferentes, ¡qué recuerdos!” Los colchones de lana, incluso uno de hojas que hacia ruido en el que querían saltar pa que sonara. El tiempo de Navidad viendo nevar por la ventana desde la cama. Escuchar los sonidos del desayuno que hacían los mayores bien temprano, los días de “sanmartin”, querer dar al rabil de la máquina de hacer chorizos, hacer las casadiellas “todos teníamos tarea, hombres y mujeres, mis abuelos, mí madre, mí tía y nosotros con un trocín de masa que nos dejaban pa hacer alguna. Al pensarlo ahora aun soy capaz de ver toda la escena en aquella pequeña cocina”. Recuerda también la casa de sus otros abuelos en Villaurille. Su abuelo Emilio haciendo manteca, su abuela Sagrario en la cocina preparando comida para todos. Sentados y charlando en la mesa. La  sidra en vasinos pequeños pa los mayores. Compartir habitación con su abuela y ver la luz colándose por la mañana a través de la claraboya. “Tengo grabados en mi memoria aquellos juegos y picardías infantiles en Vallín, junto a los nenos del pueblu, machacando moras, buscando nidos, ¡hasta murciélagos!, jugando al cascayu y hasta alguna escapada todos juntos por la noche, no digo a donde que esto aun es un secreto jeje.”
Con quince años pasa en Vallín su último verano. Lo tiene grabado en su memoria. Ese invierno sus abuelos cogieron una gripe y aunque se resistían, se trasladan a Mieres donde tenían su piso vacío para estar cerca de los hijos. Ellos durante años continuaron yendo a temporadas, pero Maribel no. Sí regresaba  a Villaurille donde se seguía ayudando a los abuelos, pero ya de otra forma.
A la vuelta de los años con su familia y sus niñas pequeñas cada vez que iba a Villaurille a ver a sus abuelos empieza a sentir la necesidad de volver a Vallín. Se da cuenta de que quiere enseñar a sus hijas a valorar el sentimiento que la une a la aldea y empiezan a ir hasta allí de paseo. La casa había sufrido el paso del tiempo y llevaba demasiados años deshabitada. Con el tejado caído deciden repararla y empezar a ir con las niñas, “así lo hicimos durante unos años, pero la adolescencia llega y empezaron a resistirse a ir. Sus amiguinas estaban en Gijón. Ahora ya mayores les gusta ir. Así que esa parte que quise que se mantuviera está en ellas.”
Durante años ha seguido yendo con su madre siempre que podían, “a ella le gustaba ir, había que poner todo limpino, no vayan a creer que esta la casa abandonada, me decía. Ahora voy siempre que puedo y siento los días que allí estoy como un respiro y una recarga de energía para volver a la ciudad a los quehaceres habituales”.


Laboralmente Maribel es enfermera en la sanidad pública. Una profesión que eligió y que le gusta. Vocacional no tiene problema en denunciar el estado en el que se encuentra este fundamental y básico servicio público “llevo muchos años como enfermera y creo en la labor de los sanitarios y del resto de trabajadores en los servicios públicos, aunque a veces apetezca tirar la toalla ante la falta de recursos por recortes cada vez más evidentes”.
Desde muy pequeña se siente atraída por la fotográfica. “Empiezo a hacer fotografías desde cría cuando un año llega la primera cámara fotográfica a casa de mano de los Reyes Magos, para mi hermano y para mí, cuando yo tenía 12 años. Seguramente llevábamos tiempo dando la lata pidiéndola. En ese tiempo la utilizábamos los dos como un juego. Mi hermano era el que compraba los fascículos que en la época se vendían para aprender a hacer fotos, y los dos hicimos tardes de sesiones fotográficas en casa y llevábamos la cámara a todos lados. Esa fue mi primera formación fotográfica.”
Ya más en serio, alrededor de los años 80, empieza a asistir a los primeros cursos en la Universidad Popular de Gijón y también en escuelas privadas. Era la época de fotografía analógica. Sin embargo, conciliar familia y trabajo la obliga a reducir el tiempo de su pasión. Hacer fotografías  y, sobre todo, pasar horas revelando en el laboratorio quedaron en un segundo plano y en este tiempo solo hace  fotografía familiar o de viajes en familia. Al llegar 2011, con las niñas ya mayores, recupera tiempo y retoma la actividad fotográfica. Ha llegado la revolución digital y retoma su formación por los mismos cauces y también de forma autodidacta.
Si le preguntas si un fotógrafo nace o se hace te dirá que “Junto a una sensibilidad innata, sin duda hacen falta muchas horas de formación para saber lo que se hace y, sobre todo, para que el resultado en una fotografía sea lo que realmente estamos buscando. Una buena técnica es importante, pero creo que cuando vemos una obra no sólo vemos la técnica. Esa parte del alma o del corazón que el autor/a puso en ella es lo que realmente transmite. Hoy parece muy fácil “hacer fotos”, y lo es, la mayoría de las cámaras tienen un modo automático donde se pueden hacer y “quedan bien”. La cámara lo hace todo, solo hay que apretar el botón, pero si lo que quieres es hacer fotografía y que el resultado sea el que tu quieres, entonces no queda otra que horas de estudio y practica, como en cualquier otra disciplina”.
A Maribel le gusta experimentar técnicas, la fotografía urbana, el retrato y, sobre todo, contar historias. Le gusta explorar, expresar, transmitir, “no creo que me gustara como mi forma de vida. Pienso que eso cambiaría totalmente la perspectiva a la hora de crear o de realizar proyectos que me vienen a la mente.  Tener una profesión diferente me permite hacer en fotografía lo que realmente me gusta. Como fotógrafa hasta el momento he participado en Gijón y en Madrid en exposiciones colectivas, exposiciones solidarias, publicaciones en revistas y libros sobre fotografía y también de otras temáticas. He realizado exposiciones individuales. He ganado y/o sido finalista en varios concursos, aunque no soy muy dada a participar en ellos”.
En este momento está trabajando en un nuevo proyecto desde hace mas de un año, sin saber muy bien si verá la luz ante la situación de crisis actual y en su cabeza hay un revoltijo de proyectos en plena efervescencia. “Creo que mi gusto por la fotografía es consecuencia de mi infinita curiosidad por todo. El visor me permite mirar y ver más allá que mis propios ojos, y muchas veces de una manera muy diferente. Ver, imaginar, intentar atrapar eso que imagino me abstrae completamente. Creo tener suerte de poder mirar la vida de distintas maneras”.

De Puertas Adentro

Cuando le proponen llevar la obra “De Puertas Adentro” a Quirós sintió algo especial. Por un lado exponer en su tierra de origen y por otro que esa propuesta saliera precisamente de un grupo de mujeres, ir de la mano de La Asociación de Mujeres del Valle de Quirós, mujeres que tratan de mover e impulsar la cultura en Quirós, le provocan una intensa emoción.
"De puertas Adentro" surge de la necesidad "de gritar" lo que durante un largo período de tiempo hs sentido a su alrededor. Una especie de catarsis que desembocó en una serie de instantes atrapados gracias a la cámara. Se trata de un trabajo fotográfico intimista que cuenta, a través de imágenes, esa parte de nuestro mundo desconocida para los demás, la parte más intima del sentir, la que por diversas razones escondemos durante mucho tiempo, cuando por circunstancias de la vida estamos llenos de miedo, atrapados, resignados, asfixiados…Son distintas circunstancias las que nos pueden hacer entrar en ese círculo de soledad y dolor, impotencia y miedo. Espiral de la que muchas veces es difícil salir. Cuando al encontrarnos perdidos y sin salida, esta situación entra a formar parte de nuestro día a día sin darnos apenas cuenta, cuando incluso viendo una salida, la incertidumbre y el miedo nos hace caminar muy despacio. En definitiva, se trata de una serie que indaga en los sentimientos más profundos y en las encrucijadas de la vida.
Maribel intenta mostrar con sus imágenes que esas situaciones existen “Creo que puede ayudar a vernos a nosotros mismos, a concienciar sobre la necesidad de buscar soluciones y quizás en muchos casos a dar el paso para acercarnos a la salida. Es necesaria mucha fuerza y mucho apoyo y que las instituciones tengan los recursos necesarios para evitar o resolver estas situaciones. Habría que luchar porque exista y sea eficaz la ayuda, porque se denuncien los casos en que esas situaciones se dan, sin tener la sensación de que no sirve de nada el esfuerzo de dar el paso cuando se consigue darlo. A través de la cultura, la fotografía en mi caso, la literatura, la pintura, la poesía….todos son medios a través de los que dar a conocer la vida y sus circunstancias.
Respecto a la situación cultural en nuestro país y a la relación entre la creatividad y la crisis, Maribel manifiesta lo siguiente“la creatividad existe, somos en general en país de personas creativas en todos los aspectos, quizás por supervivencia no lo sé. Que esa creatividad, en el caso de la cultura, pueda ver la luz no es fácil, porque también somos un país donde el apoyo a la cultura es más bien poco y en tiempos de crisis es lo primero que desaparece. No se considera una prioridad. ¡Triste! Un país sin cultura es un país que no evoluciona”.
Sus fotos son denuncia necesaria de una situación. “No sé que estamos haciendo mal, lo que sí se es que es necesario invertir en educación, en cultura, educar en el respeto y poner todos los medios económicos, sociales y culturales para que estas situaciones no se den y que cuando se den haya la infraestructura necesaria para prestar la ayuda y el apoyo que se necesita”.
“De Puertas Adentro” se expone por cuarta vez, en esta ocasión en el Museo Etnográfico de Quirós el próximo julio. Se ha visto primero en Gijón y en Avilés. La autora está muy contenta con la acogida que tuvo desde el principio y es consciente del apoyo y del esfuerzo que las responsables de los centros Municipales, donde fue expuesta pusieron, involucrándose incluso personalmente. “Supone un gran esfuerzo personal, un esfuerzo económico, no solo por mi parte, sino un esfuerzo por parte de las personas que en las instituciones tienen conciencia cultural y luchan por que la cultura se divulgue. En el caso de Quirós soy consciente del gran esfuerzo y del interés de la Asociación de Mujeres del Valle de Quirós y del Ayuntamiento para que la obra se pueda exponer en un sitio privilegiado como es el Museo Etnográfico y pueda ser vista por quirosan@s y turistas que durante el mes de julio visiten el concejo, por mi parte esperando  ilusionada y ansiosa el día de la inauguración, estoy segura que será un día lleno de emotividad para mí y deseando que “De Puertas adentro “ guste y transmita que es lo que cualquier autor/a desea.”
A la pregunta sobre qué pasará mañana, la autora lo tiene claro: “¿Mis inquietudes de futuro? seguir sintiendo, viendo, aprendiendo, expresando”.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Enredad@s en la red: historia de Bea la de Lola


Me recuerda FB estos días el fallecimiento de la persona que me ayudo a crear Bea la de Lola, que nos dejó joven, muy joven, 34 años. Se fue pronto, demasiado pronto. Y era afable y simpático, escuchaba mi chiflado monólogo interior emitido en voz alta y siempre, siempre tenía una buena palabra. "Pedro - le dije un día - ayudame a crear un blog que sin un perfil de blogger no puedo comentar en el de mi amigo Ovidio." "Tienes que ponerle un nombre. ¿Qué nombre le ponemos?" - me dijo. -"Bea la de Lola servirá: Bea por mi y Lola por mi perra". Y así de sus manos de informático y de la forma más tonta nació este sueño. Este sueño que hoy cumple cinco años. Cinco años que han pasado así, en un suspiro como últimamente parece que pasa todo. Yo tenía cuarenta y dos y acaba de ser el concierto de "Celtas Cortos en mi pueblo". Unos días despues del concierto publiqué la primera entrada y desde entonces hasta hoy. Tenía cuarenta y dos años y la necesidad imperiosa de comunicar o de expresar muchas cosas que tenía dentro y que aún tengo, que querían salir y que salieron a borbotones muchas veces y a cuentagotas otras muchas.
En estos cinco años han pasado muchas cosas. Probablemente si me tengo que quedar con algo me quedo con la adquisición de la costumbre de escribir y publicar. A algunos puede parecerles que no sigo el ritmo de los primeros años pero no es así. Hace ya un tiempo que me propuse publicar una entrada a la semana y, más o menos, lo cumplo. También es cierto que empiezo muchas entradas que guardo en borradores esperando para ellas un momento más propicio o a que la ira se calme. Es verdad que mi vida no es un mar en calma. Nunca lo ha sido. Sigo revolviéndome contra la injusticia, aunque sé que muchas veces ésta depende del color del cristal con que se mira. Cuando creo que tengo razón, utilizo la palabra (también las duras palabras) para defenderme. 
Ha ocurrido también, y así lo siento, que las redes sociales han adquirido cada vez más fuerza en lo que a relaciones y comunicación se refiere. No sólo sirven como un canal para dar publicidad a cosas interesantes y positivas que  hace la gente: exposiciones, encuentros literarios, actividades varias. Las redes son un escaparate en el que con más o menos éxito vendes tu producto. En este sentido, exponerse es bueno. Quién quiera dar a conocer un trabajo individual o colectivo, un proyecto empresarial, una primera novela, todo aquello que merezca la pena, tiene en las redes una herramienta fantástica con un amplio recorrido y muchas posibilidades para hacerse ver. Pero por otro lado, al mismo tiempo que crecía exponencialmente su poder, éstas se han convertido en una auténtica cloaca en la que vale todo, sobre todo el insulto, la descalificación, la humillación del que piensa diferente. En este sentido, creo humildemente haber conseguido un muro en el que la gente juega limpio. Intento expresarme con corrección y elegir palabras que no hieran a nadie, pero ojo, mi muro es mi casa, así que no vengas a montar ruido en él de cualquier manera y ya que vienes no vengas a insultarme.
Han sido cinco años de crecimiento personal y compromiso en los que principalmente he aprendido a leer. Lo ponía el otro día "aprendo a leer y esto me hace feliz". Feliz muy feliz, para que negarlo, y no debo de leer mal las historias de otros porque muchos me las cuentan para que las escriba. Leo en los ojos de los demás, en sus palabras, en sus vidas. Leo el momento que vivimos, la actualidad, el devenir político. Escucho lo que me dices y, a veces, incluso adivino lo que me quieres contar. Sueño con encontrar a alquien que me regale la historia jamás contada y que de su vida y mi forma de contar salga algo verdaderamente bueno, pero esto no deja de ser un sueño. Cinco años en los que mucha visibilidad me la ha dado LVT, ese periódico comarcal que nació con ánimo de seguir y ahí está creciendo cada día. Gracias Lucía y Fernando porque a vuestro lado estos dos años ¿o ya son tres? el blog también ha crecido. Me he sentado a la sombra de este proyecto empresarial ilusionante que tantas oportunidades nos ha dado a los plumillas. Alguna vez también me he quemado. Yo no soy periodista, solo aspiro a contar lo que pasa con el único interés de servicio público y un poco también de poner nombres a la memoria. El blog pasó de 1000 visitas al mes a una media de 3.000 al mes (para mi es mucho y así lo valoro).
No tengo la menor duda de que la vida me ha regalado muchas cosas y la posibilidad de meterme en muchos charcos. Así quiero vivir, con los zapatos sucios de caminar y las manos llenas para dar. Confio en que el blog siga cumpliendo años y espero estar a la altura de los retos que me pongan  por delante. Quién dijo que "cinco años no es nada" ah, no, que eran veinte...

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Atardeceres

Atardeceres. 
La vida va dejando caer las piezas que, como en un Tetris, van encajando unas en otras, 
como el otoño deposita las hojas sobre las gastadas aceras de mi ciudad, 
sobre los caminos abandonados de mi aldea.
¿Por qué de esta forma y no de otra?, me pregunto. 
Salgo a la calle y veo en el cielo la silueta recortada de la Catedral que igual que la cima de mi otro horizonte cuidan mi sueño o mi insomnio. 
Pasan los años 
y aprendo a leer 
y soy feliz por ello. 
Leo en la mirada de los otros,
en la sonrisa de mis sobrinos, 
en el gesto preocupado de la que fue madre soltera,
en el brillo de la piel de la mujer enamorada, 
en las líneas de las manos de la mujer que aún espera,
en las arrugas de las manos de mi madre al tiempo que envejece, 
en mis recuerdos, leo la vida de mi abuela,
releo la historia que fue, la que no quiso ser y la que no puede ser. 
Escribo para alejar de mí los miedos y para que alguien lea también algún día lo que decían mis ojos, unas veces soñando y otras muchas insomne.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Fácese mayor

Fácese Mayor de Elvira Laruelo
Ahora que casi todo ocurrió hace veinte, veinticinco o quizás incluso treinta años.
Ahora que sé que no escucharé nunca la voz de los mis hijos y que cada día estoy más cerca de dejar de escuchar la de mis padres.
Ahora que el fuego consumió mis recuerdos del cole y con ellos se agotó mi inocencia.
Ahora que colecciono las Nancys de mi infancia que ya no pueden serlo porque ya no soy niña.
Ahora en un tiempo de otoños agostados en los que el orbayu es ausencia.
Yo también reconozco la imagen de mi madre al verme en el espejo y sé que no hay nadie mejor en este mundo a quien parecerme.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Quirós F.S.: retrato humano de un proyecto deportivo


Reportaje LVT mes de noviembre 2017
Cuando el 1995 los chavales de Quirós organizaron un torneo que se llamó Inter-Quirós en el que competían equipos de casi todos los pueblos del concejo, nada podía presagiar que de Semana Santa a setiembre fueran capaces de formar un equipo con el que competir en la liga regional de Fútbol Sala y que se mantuvo jugando veintidós temporadas. Aquella primavera nombres tan conocidos como Jorge el taxista, Luis el de Jamallo o Jose Prieto de Cortes empeñaron esfuerzo y horas por sacar adelante un sueño "jugar al fútbol" nos dice Prieto, capitán del equipo y el que probablemente mejor encarne el espíritu del mismo pues ha formado parte del equipo titular todas las temporadas y jugado prácticamente cada partido (a salvo el tiempo de lesiones que también hubo). Para aquellos neños que solo "querían jugar al fútbol" convertirlo en realidad era un triunfo.
De aquel tiempo quedan recuerdos entrañables y mil y una anécdotas. "Bajábamos a echar sal para quitar la helada de la pista un rato antes del partido", "novias que eran delegadas de campo", "rifábamos un pan de escanda y un queso de bota, hacíamos carteles con algo de publicidad para poder financiarnos y no suponer una carga para nuestras economías de críos". Y es que este equipo puede presumir de que ningún miembro ha pagado nunca ficha "Siempre lo pagaba el equipo, a todos. Lo normal es que si tú quieres entrar en un equipo de fútbol sala lo primero que te piden son setenta o noventa euros de ficha que pagas de tu bolsillo. Nosotros no. El equipo pagaba las fichas, la equipación, la mutualidad y luego el compromiso de acudir ya era de los chavales."
Quirós F. S. siempre contó con el apoyo del Ayuntamiento que aportaba al presupuesto una subvención anual "que primero fue mayor y ahora era más pequeña, pero tanto con el anterior alcalde, Agustín Farpón, como con el actual, Ovidio García, siempre hubo".
Este modesto equipo subió dos veces a primera, una allá por 1998 y gracias a aquella hazaña Bárzana tiene hoy un Polideportivo cubierto "el Ayuntamiento ya estaba en ello, pero el subir de categoría nos obligaba a techar la cancha y se hizo entonces". En aquella ocasión se mantuvieron varios años, eran jóvenes y había mucha más gente viviendo en el concejo, "incluso venía gente a entrenar desde Gijón". La segunda vez que subieron fue en 2015, coincidiendo con el veinte aniversario del equipo, "ya estaba siendo complicado sacar adelante las cosas por falta de fichas y porque a medida que te vas haciendo mayor los compromisos, sobre todo, familiares te complican entrenar y jugar todos los fines de semana, pero dijimos que había que seguir y así lo hicimos".
Sin embargo, a aquel proyecto deportivo de camaradería y amistad, de amigos que solo juegan por afición y no por competir, le ha llegado el tiempo de colgar las botas. La temporada pasada jugando con las fichas justas "cuando lo normal son doce o catorce fichas para poder hacer las rotaciones y hacer descansos, nosotros tirábamos con siete u ocho. El último partido de liga nos pasó lo que nunca había pasado, no pudimos jugar porque éramos menos de los necesarios. Piensa que algunos jugábamos incluso lesionados para poder dar respiro a los titulares y entonces tuvimos que aceptar lo inevitable".
Aceptar el "hasta aquí llegamos" fue duro. "Hubo una reunión y se puso encima de la mesa que había que dejarlo. Algunos como Rodrigo, Alberto o yo mismo no queríamos, además este año llegaba gente nueva, teníamos dos fichas más, Rodrigo el de Candi y Mario el de Gonzalo, por ellos también lo sentimos, pero no podía ser."
Jose Prieto, capitán del equipo.

El gesto de Jose Prieto, el capitán, pasa de la sonrisa a la seriedad. Sonríe, a pesar del disgusto del momento, cuando recuerda aquella vez que les amenazaron con cerrarles el pabellón porque algún espectador se enfadó más de la cuenta o cuando tuvieron la suerte de fichar a Iván García Maseda "Fue un fichaje estrella. Pasaba de jugar en las categorías inferiores del Sporting a hacerlo con nosotros, pero enseguida nos lo quitaron los del Trubia. Era muy bueno, fue una pena que se lesionase" o fichajes de fuera "la mayoría del equipo siempre fue de Quirós, pero también jugaron de Proaza o de Teverga, incluso de Madrid. Jugó con nosotros Josín "Patona", el hermano de Adrián López, el jugador tevergano de la selección española o Carlos el de Proaza". Sonríe también con cariño cuando piensa en la gente que los entrenó. "Jorge el taxista, era muy buen portero, pero tenía un problema en la espalda que le impedía jugar a nivel, fue el primer entrenador que tuvimos, luego también Gonzalo Siñeriz, y especialmente Toni el de la Caja Rural de Teverga, "el mister", murió muy joven, fue una gran pérdida, lo vivía y nosotros con él. Con el tiempo hasta tuvimos un entrenador internacional Jocivaldo Lima dos Santos, estuvo dos temporadas entrenándonos y al final marchó para Brasil, fue uno de los mejores jugadores de España de fútbol sala." Y se pone serio, incluso frunce el ceño, cuando repasa a lo largo de estas líneas todos los nombres de la gente que de alguna u otra forma colaboró para llegar hasta aquí. Delegados de campo como Santiago Gato, Angel Fernández, Tomás Fernández o Marcos Merino, miembros de la junta directiva desde Luis el de Jamallo que fue el primer presidente, Rubén García o el actual, José Antonio García. Roberto y Elena, que ahora están en Valencia, Julieta, todos y cada uno de los jugadores, unos cincuenta y Marga que en los últimos años llevo las labores de Secretaría y relación con la Federación. Sabe que le va a quedar algún nombre y se esfuerza en recordar todos. Quieren reunirse todos, celebrar una espicha o una cena, contactar con el mayor número de jugadores y de personas que de alguna forma estuvieron vinculados a este proyecto, no celebrar el final sino el tiempo que compartieron. Ojalá esto sólo sea un punto y aparte.

Mucho más que un amagüestu.

El poder de la sociedad civil. Mucho más que un amagüestu.
Cuando el grupo de personas, en su mayoría mujeres, que mueve los actos culturales tradicionales en Quirós se pone a trabajar lo hace de forma seria y comprometida. La elección este año de una nueva junta directiva en la AMPA permitió que se incorporarán al ingrato trabajo de picar 200 kilos de castañas más de doble de personas que en anteriores ocasiones. La presencia de mamás permitió también que hubiera más niños en los previos al amagüestu y también en el amagüestu y esto, en mi opinión, no va en detrimento de la fiesta sino que la enriquece. Hacer comunidad: madres e hijos, nietos y abuelas, tres generaciones colaborando (o estorbando, porque estorbar también forma parte de la vida y hay que tener un poco más de humor, bonitas). Este tipo de eventos festivos solo salen adelante con manos que quieran trabajar porque pensar es suficiente con que piense uno (todos pueden aportar ideas, por supuesto, y todas son valoradas y válidas, pero en las reuniones), y mandar pues con que mande uno también vale. El día de amagüestu tiene que haber un único patrón y ayer, aunque los turnos fueran un poco de aquella manera, el timón estaba bien sujeto y las sonrisas que tenemos todos y las caras de nuestros invitados a la fiesta, quirosanos y turistas, demuestran que cuando las cosas están bien hechas, salen bien.
Voy a hacer un punto de inflexión en este momento. Hay dos personas imprescindibles en esta labor, Eva Martínez desde su posición de Teniente Alcalde del Ayuntamiento que gestiona el presupuesto y se encarga de funciones de recorrido más amplio como encontrar las castañas que este año fue una tarea complicada debido a la ausencia de ellas y a la mala calidad de las mismas (porque todo hay que decirlo les castañes de ayer no eren quirosanes aunque sabían como si lo fueran) por otro lado, Luisa De Castro, este año como presidenta de la Asociación de Mujeres, pero siempre constante, fiel a su compromiso y crítica (ayyyy qué necesaria la conciencia crítica en este mundo gris que nos ha tocado vivir).
Fuera de ellas dos, representantes del AMPA, como ya he dicho y de la Asociación de Mayores y de Mujeres y particulares venidas de Oviedo ex profeso. Hecho en falta más gente del llamado grupo de Cultura, pero haber también hubo, entre ellas está humilde plumilla que no sale en las fotos porque mi sitio es detrás del objetivo.
Cada uno de nosotros hacemos lo que podemos. Si bien este año, al ser tantas, cosa plausible, hubo un poco más de jaleo que otros años, jaleo que tengo la impresión no se transmitió al numeroso público que disfrutó del ambiente y de los sabrosos frutos de temporada: Sidra dulce y castañes.
Dicho esto quiero explicar por qué en el amagüestu hace dos años que se cobra un euro por un vaso rotulado. El amagüestu busca autofinanciarse. El evento más importante que organizamos es la Cabalgata de Reyes. Sí, la Cabalgata, ningún otro es más importante que ese. La financiación de la Cabalgata pasa por las ayudas de las asociaciones y de particulares que ponen dinero para sacarla adelante. Lo que queda de un año para otro se reserva. Otros años para autofinanciar el amagüestu se rifaba una cesta. Hace tres años el número de vasos de plástico que se dieron no fue proporcional a la gente que había, así que el año pasado creímos que cobrar un euro por vaso, primero nos servía para controlar cuánta gente pasaba por el punto de la sidra, pero más importante para que no se diesen vasos sin control que luego son un residuo, me diréis "reciclarlos" si se puede reciclar, claro está, pero que, lo siento, estamos a años luz de la cultura del reciclaje (los niños no afortunadamente). A mí me parece una idea estupenda, ayer se sacaron unos trescientos euros de vasos, es decir, más de trescientas personas tomaron sidra en el humilde, pero ilusionante amagüestu de Quirós. No está mal, no? Estamos muy contentas. Solo hay que ver las fotos. Fue un fiestón, pero lo más importante es que así hacemos comunidad. Hoy hay que bajar a barrer, evaluaremos la semana que viene y nos pondremos a trabajar para la Cabalgata (que ya está ahí) Queremos manos pero también queremos ideas. Trabajar por este concejo (como trabajar por cualquiera de los concejos rurales y pequeños de esta comunidad tiene premio: el del trabajo bien hecho, el de las sonrisas, el de los pequeños disfrutando de lo tradicional. Por favor, que no se pierda o, al menos, que no se pierda del todo. Se cumplen estos días años de los Celtas Cortos en Mi Pueblo. Aquella fecha y días como el de ayer me recuerdan que podemos sacar adelante con esfuerzo y trabajo, lo que nos propongamos. No dejéis de soñar que cambiar las cosas es posible!
Ahhhh! Nuestro reconocimiento para los asadores y para los de las manzanas y la sidra. Quico, Manolo, Segundo, Jaime, Manolo el de Santamarina y José Celorio

 

domingo, 29 de octubre de 2017

Perdón de Ida Hegazi


"Esto eras tú: tu boca y mi boca, tu piel y mi piel, tu mano y mi mano, tu sonrisa y mi sonrisa. Y esto es todo lo que recuerdo del comienzo. Bocadillo: no hay ni un tú ni un yo."

"Es mucho más fácil confirmar que desmentir. Atender a la verdad requiere un enorme derroche de energía."

"Y esto es todo lo que recuerdo del final. Ese tiempo que pasó, transcurrió, corrió y desapareció. Esos días condenados en los que intentas, hasta la náusea, insistir en una ceguera amorosa. Burbuja."

Perdón

Desde el balcón que tengo sobre el Valle, leo al sol. Es domingo, Lola a mis pies, aún resacosa del día de ayer entre manzanas que serán sidra en una semana y piernas de humanos, oxidados troncos en una pindia finca, recogiéndolas del suelo. Me sobra una hora, cada día debería de traer esa hora de más de hoy, como dice Flor "para dedicárnosla", aunque las dos sabemos para qué la usaríamos y es #quenomedalavidaparatantalectura.
Leo "Perdón" de una autora noruega de nombre imposible Ida Hegazi Høyer. La compré buscando "Apegos feroces". La lleve a Irlanda empezada, la traje sin avanzar en su lectura, leí "Apegos feroces" que no me dijo lo mismo que a quien me la había recomendado y este finde le tocó por fin. Y tenía que ser este domingo porque es un libro que necesita luz. Luz y una mente libre de niebla. Un título que te engancha y te angustia a partes iguales.
La historia dicen "es una intensa novela sobre el amor, el autoengaño y los secretos peligrosos". Y sí, es todo eso y además es un relato para reflexionar. No te deja indiferente.
No escribo de libros por lo general, aunque últimamente podría decir que no escribo de nada y menos ficción, de nada que no sea de Quirós y de las idas y venidas, dimes y diretes de esta tierra, pero hoy voy a hacer una excepción sin que sea un precedente y sin spoilers aunque me cueste.
Una pareja joven, muy joven, se conoce. Se gustan, follan, beben, viven. La chica que es quien narra la acción no tiene nombre, podría ser cualquiera de nosotras a los veinte años. El chico, auténtico protagonista del relato, se llama Sebastián y es un auténtico terrorista emocional (pero también podría ser al revés porque vampiros y vampiras hay al 50%). Hasta aquí nada raro. Tengo una amiga que dice que entre los distintos tipos de amor el que mejor funciona es el sadomasoquista, uno domina y el otro se somete. Aquí el chico inteligente y seguro de sí mismo domina a la chica que en muchas ocasiones se siente inferior a él, por edad, por conocimiento, por experiencia. Se comprometen. Poco a poco la joven va descubriendo que la vida que ella creía ideal se desmorona y comienza a buscar respuestas a las preguntas que se hace. El final podéis imaginarlo pero solo caben dos. Cada uno por su lado o la autodestrucción. Ahí lo dejo. Leedlo porque os va a dar que pensar.
Paso esta historia a la vida real y no puedo evitar sorprenderme. Cuando tienes veinte años y te enamoras de la forma que piensas que es la forma natural, entregada, apasionada, ciega. Haces cosas que no debes. A medida que va pasando la vida vas viendo que el amor verdadero no significa renuncia sino dos personas creciendo juntas en igualdad y libertad, con espacios para ambos sin olvidar el espacio común. Si no es así, apaga y vámonos. Vayamonos huyendo.
La narradora de la historia es una mujer que va construyendo su fortaleza a medida que va destruyendo las capas de mentira en las que Sebastián ha envuelto la vida de ambos. Sebastián es un joven secuestrado por un pasado que no recuerda o no quiere recordar y que ha determinado toda su vida y su comportamiento.
La novela está escrita con una prosa desnuda a la que no le sobra nada, sin descripciones apenas, con algún relato un poco surrealista como el del alce y el reno y la historia que del niño de la guardería que podría guardar algún paralelismo, en cierto sentido, con la de Sebastián  . No dejéis de leerla pero buscad un día de sol, porque buff.
Respecto al título "Perdón" a medida que me hago mayor tengo más claro que el perdón no lleva implícita la tabla rasa, no puede llevarla, y que si bien perdonar es fácil, para algunos más que para otros, continuar sin recordar no lo es tanto. No se puede construir una relación sobre la mentira y confiar en que el otro te perdone y todo se arregle. ¿Qué mentira perdonarías a tu pareja?
Vuelvo a leer, enfrente Rueda que, sí parece, otorga desde su posición el perdón al Valle. Felices lecturas y feliz semana.

http://elpaxaruverde.blogspot.com.es/2017/11/perdon-ida-hegazi-hyer.html 

miércoles, 18 de octubre de 2017

Poemas al Vuelo. Impresiones

"Cada instante de nieve pagas con la vida, por lo que
es blanco y por lo que es negro, por la felicidad, la mirada.
Alrededor de nosotros se extiende la prosa del mundo,
y en un ventrículo del corazón, la poesía acecha."
                          Adam Zagajweski, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017


Vaya por delante mi agradecimiento a la Fundación Princesa de Asturias por facilitarme, un año más, ser testigo del fantástico espectáculo de presenciar cómo un autor se enfrenta desde su timidez a 1.500 lectores, dice Zagajewski que la poesía es un acto solitario, pero de una soledad compartida. Gracias a la Fundación por abrir ventanas para este diálogo y gracias por permitirme participar del entramado que pone en marcha el encuentro aunque sea solo con un verso.
Muy bien Teresa Sanjurjo que agradeció la labor de las bibliotecas públicas a través de los clubes de lectura, ayer venidos desde ocho comunidades autónomas "Dais sentido a lo que hacemos. Hacéis sociedad, hacéis ciudadanía, hacéis cultura". Muy aplaudida cuando dedicó un "recuerdo especial" a aquellos lectores procedentes de las tierras del suroccidente asturiano tan próximas estos días por la tragedia (sinceramente yo no escuché que dijera  nada de Galicia, pero puede ser que la tristeza de estos días me nublara el sentido del oído). Muy bien Teresa y muy bien los lectores que responden a la invitación de la Fundación y al trabajo incansable de las bibliotecarias en uno de los actos más multitudinario de los premiados en su paso por Asturias.
Vaya por delante que soy una ignorante, una ignorante con ganas de aprender. Una pobre aprendiz de todo que no sabe de nada, o mejor, que sabe lo justo de todo para no parecer tonta del todo y que subsana lo que no sabe con un poco de prudencia. Si no sé de algo me callo, espero a ver la resolución del asunto y si alguien me pide opinión humildemente admito que cómo no sé no puedo opinar o quizás sí, si el debate o la exposición de otros me ha dado ya alguna pista para hacerme una idea. Y en esta ignorancia, tan común a los mortales, yo no sabía quien era Zagajewski cuando le dieron el premio (pero mira, sin embargo, si sabía quien era el británico de origen japonés y nombre impronunciable al que han dado el Nobel este año, no sólo lo sabía sino que además le había leído. Os recuerdo Kazuo Ishiguro). Es más creo que como yo, ayer en el auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo, en junio no sabían quien era este polaco que sonrié más bien poco siendo generosa ¿el 80% de los presentes? Dicho esto, añado, no me gusta la poesía o mejor, no sé leer poesía. Me falla algo cuando me enfrento con ella. Es como nadar que ayer dijo el autor, decía su abuelo, era tan importante para la vida. Yo si tengo que nadar nado en piscina, pero preferir prefiero siempre el mar aunque me abrume. Pudiera ser que leer poesía sea como nadar en el mar, infinitamente más complicado que leer prosa que sería como nadar en piscina. Los poemas, incluso y precisamente los más breves, abren un mundo interior mucho más intenso, profundo y complicado que, para mí, la mayoría de los textos en prosa, aunque está claro que prosa y poesía están íntimamente ligadas. En general creo que la idea queda clara (al menos para los ignorantes como yo misma, ¿no?). Sin embargo, si me emociona la poesía y la de este hombre lo ha hecho y mucho. Lo ha hecho en solitario leyendo los "Poemas escogidos" propuestos en mi club de lectura junto a "En la belleza ajena" y lo hizo ayer cuando en el tramo final del acto Fernando Beltrán (responsable del Aula de las Metáforas de Grado y al que, por cierto, nadie presentó) y el premiado leyeron, mano a mano, poemas de este último. Beltrán en castellano con una teatralidad impecable e impresionante y Zagajweski en polaco y, en este momento, el encuentro se vino arriba. Y ahora vamos a lo que pasó primero.

El autor al finalizar el acto firmando a los lectores fuera del protocolo.
Con la sinceridad que me caracteriza voy a decir que la primera parte del encuentro de ayer me pareció excesiva para el normal de los mortales, patrón en el que me incluyo. Una conversación erudita entre dos intelectuales hablando de poesía del siglo XX, salpicada de perlas hermosas, de las que hacen que los lectores creamos que los autores, en este caso, el poeta es de carne y hueso. Frases como que Cracovia, la Roma del Este, era la ciudad con la que soñaba, que había embellecido en su sueño y cuya belleza había neutralizado el Comunismo, en ese afán del Comunismo de neutralizarlo todo. El hombre que va a París por una mujer "busquen a la mujer y está aquí" (en referencia a su esposa). El caminante que deambula por París encontrando en cada rincón a su país. La ciudad ajena en la que nadie es completamente ajeno. El adorado Mediterráneo, mar común a los europeos del sur y no tan del sur. El valor de la Literatura, la soledad del creador, la felicidad de crear en una habitación de estudiante. La música tan presente en su obra como variante de la poesía. Las tres artes, música como expresión inmediata del arte que se nos impone casi con agresividad frente a poesía y pintura que exigen más esfuerzo...
Creo que el encuentro ha de ser para el lucimiento del autor, no del presentador y precisamente la calidad del presentador se demuestra cuando un autor acostumbrado a comunicar a través de palabras escritas encuentra la atmósfera íntima (a pesar del auditorio) para abrir su corazón. Y creo que lo hizo en todas esas frases que menciono arriba y en el momento en que habló de España. Ya tuve la misma sensación el año pasado con Ford, con la diferencia de que Ford expresaba con sus ojos las ganas que tenía de comunicar mientras la presentadora creía, por un momento, que aquella era su posibilidad de sentirse ombligo del mundo (ya ni siquiera recuerdo su cara y mucho menos su nombre).

Fernando Beltrán y el premiado pusieron voz a los poemas de este último.


Y al final Bonet, director del Instituto Cervantes, cargo en el que le precede el asturiano García de la Concha (y que, por cierto, maneja un presupuesto de 115 millones de euros) le preguntó por España en una pincelada. Dijo el autor "esto me daría para tres horas de conversación" y ahí se vino arriba en tres minutos: Cervantes, Lope, la pintura, un país muy oscuro con un sol muy brillante, un contraste seductor. Picasso, Miró. Es difícil resumir en pocas frases. "A Machado lo descubrí más tarde y para mí fue una revelación, su sencillez, su sensibilidad, su capacidad para descubrir grandes misterios en la vida cotidiana." Me faltó más Machado ayer, apenas esta referencia al final, pero como me faltó ayer lo traigo hoy a esta  página que es mi casa para recordar al poeta que hizo extraordinario lo cotidiano...


"Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de lluvia tras los cristales. 


Es la clase. En un cartel 

se representa a Caín 

fugitivo, y muerto Abel, 
junto a una mancha carmín. 
Con timbre sonoro y hueco 
truena el maestro, un anciano 
mal vestido, enjuto y seco, 
que lleva un libro en la mano. 
Y todo un coro infantil 
va cantando la lección: 
«mil veces ciento, cien mil; 
mil veces mil, un millón». 
Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de la lluvia en los cristales."
                                  Antonio Machado.

Está muy bien elevar el nivel, está perfecto, pero decidme, cuántos de los lectores que ayer ibamos a escuchar a Zagajewski, se molestarán siquiera en buscar a uno de los autores sobre los que charlaron Bonet y el premiado que, por cierto, fueron Brodsky, Walcott, Holan, Bonnefoy, Benn o Celan... Cuántos sin embargo, volveremos a buscar en nuestro recuerdo, en nuestros desvanes o en las bibliotecas los versos de Machado.
Muy mal La Nueva España en la edición de hoy, se ve que salieron corriendo del auditorio y por eso ni siquiera mencionan el vídeo hecho por de lectores de Clubes de Lectura leyendo Campanas ni el recital que puso fin el acto, ni la sonrisa fuera de protocolo cuando dos mujeres que hablaban en polaco se acercaron para que les firmara. Es como marchar en medio de la obra y perderte el desenlace. Un ejemplo más del periodismo de este país.

lunes, 9 de octubre de 2017

Cuando las fiestas no tienen comisión.


Constante de Carrexa y Lupecino de Salcedo
Cuando Gabriel Bobes, organizador este año y para él por vez primera de la fiesta de Alba, no era ni un sueño en la cabeza de su madre Esperanza, ésta y sus hermanos acompañaban a sus padres a la romería de Alba donde el abuelo de Gabriel, Lupecino de Salcedo que era gaitero junto a su compañero y amigo Constante de Carrexa, que aun vive, cada día más cerca de ser centenario, eran protagonistas de la romería quirosana por excelencia aportando su buen hacer a la gaita y al tambor. En otro tiempo, diferente a éste, Lupecino y Constante fueron pieza importante de la fiesta. Alba marcaba muchos tiempos, el principal acabar la yerba y después recoger el pan y el maíz, las ablanas y pañar les manzanes. El día de Alba en Salcedo era un ir y venir de hombres y mujeres aparejando los animales para cargar la comida. Tras unos días de amasar pan de escanda, preparar tartas y casadielles de avellanas, guisar corderos y cabritos, hacer tortillas, preparar manteles, café de pota, cargar platos y pocillos de cristal y porcelana y cubiertos. Salir camino a Alba. Algunos a caballo con los güelos, hasta la poisa de La Canga donde los caminos de Las Vallinas y de La Villa se unían para continuar en uno sólo pedrera machaculos arriba hasta llegar a la Chinar donde parar y beber un poco, sólo un poco, de aquella agua tan fría y desde donde ya se alcanza a tocar con las manos las tres cruces y la pequeña ermita. Y una vez allí, acudir a Misa. Y entonces el gaiteru Lupecino y el tamboriteiru, que alguna vez fue Joselín el de Salcedo, pero que casi siempre era Constante, acompañaban primero a la Virgen y luego bajaban a la campera donde hacían un poco de romería, por lo menos dos horas. Los contrataba el mayordomo de la fiesta Bartolo, luego Paulino, después Rodolfo, Julián hasta llegar a Laure, si bien ahora el mayordomo no hace nada de esto. Entre doce y catorce bares en Alba. Gente de Salcedo, de la Casa Nueva, de Muriellos, hasta de Llanuces ponían bar. Unos puntales de madera y un tejado de raminas de roble, y tapada con helechos la bebida para mantenerla fresca. Café de manga, casadielles y magdalenas, carameleras y avellaneras que subían. Era un mar de gente. En la fuente del Caño había cola para coger agua y si no querías esperar había que ir hasta la Felguera. Luego bajar a seguir celebrando en el pueblo, normalmente en la bolera de Zulima. Se pagaba a escote, pedían por el pueblo y pagaban entre mozos y mozas. Y esto así muchos años, evolucionando, cambiando las personas, pero en esencia igual.

Lupecino con parte de sus hijos, la más pequeña en el centro de la foto, la madre de Gabriel Bobes, Esperanza
Es a partir de 1997 coincidiendo con el cese de la actividad de la Asociación Cultural y Recreativa Peña de Alba que durante unos años sacó adelante la fiesta a base de mucho trabajo y con la ayuda de todos sus socios (doy fe), ante la ausencia de jóvenes que pusieran en marcha una comisión de fiestas y la necesidad de conseguir fondos para la pista de Alba que acababa de construirse, cuando los vecinos deciden subastar la fiesta. La idea era que el dinero que se sacase de la subasta se dedicaría a las labores del mantenimiento de la pista. La pista trajo muchos beneficios para todos. Pero subastar la fiesta la sacó del pueblo de Salcedo y la trasladó a la mortera. Durante este tiempo pasa por manos de dos familias del concejo y no hay ningún problema, a salvo de los derivados de los años en los que el tiempo no acompaña. Los vecinos consiguen que junto al precio, quienes organicen la fiesta, se comprometan a celebrar en Salcedo a San Antonio, así se hace, volviendo el pueblo a tener música en su plaza. Pero es en la penúltima subasta, cuando la fiesta se va a manos de alguien que no es del concejo y que deja de pagar el precio pactado (que a día de hoy tiene pendiente) y suspende la fiesta de este año dejando muy poco tiempo para que alguien la saque adelante. Cuando Gabriel Bobes supo que este año no iba a haber fiesta tomó la iniciativa junto a su mujer Lorena Álvarez de ponerla en marcha, un mes y medio de tiempo y algunas voces en contra. “No sabéis donde os metéis” fue lo más suave que oyeron. Gabriel no hizo caso y entró en la subasta, su compromiso fue para éste y para los próximos dos años. La fiesta no vuelve a Salcedo, pero si vuelve a uno de sus vecinos porque no hay nadie más capaz de entender este concejo que alguien que pertenezca a él o que, al menos, así lo sienta (y así todo pasan cosas difíciles de entender).

A pesar de los nervios porque todo saliera bien y del poco tiempo que tuvieron para organizarlo, presentaron un programa muy completo al que no acompañó el sol, aunque para algunos el tiempo no fue tan malo como parece desde fuera, porque vinieron los de siempre que es a los únicos que se les espera, o sea, los de casa, y esto garantizó que se recuperase la atmósfera más tradicional y familiar de los últimos años. Desde un primer momento a la organización le preocupaban dos cosas, primero, que iban contrarreloj y segundo, querían en especial Lorena Álvarez, ofrecer algo diferente y con un sabor de cultura y tradición y así pusieron especial interés en recuperar el Certamen de Pan de Escanda que durante muchos años y de la mano de la Asociación de Amigos del Pan de Escanda había sido uno de los platos fuertes de la fiesta. Junto a esto, recuperaron el Ramu que acompañó a la Virgen en el altar y la consecuente Puya’l Ramu. Ofrecieron, la posibilidad de cenar la víspera en el recinto de la fiesta lo que animó a muchos a subir, sólo comer el día de la fiesta corderu a la estaca (se asaron y vendieron unas ciento veinticinco raciones). Un pulpeiro lucense con parrilla ofreció a los presentes la posibilidad de picar algo y, muy importante, espacio para sentarse para ciento veinte personas. Y por último, la organización contrató un espectáculo de caballos nunca visto en Alba a cargo del Centro Ecuestre Mirantes de León. Una actuación muy lejos de las carreras de cintas que alguno de los presentes calificaron como “más peligrosas”. Muchos espectadores asistieron atentos a las distintas actuaciones de los caballos que obedecían a sus jinetes. Muchos adultos y, sobre todo, muchos niños que aplaudieron y grabaron entusiasmados los equilibrismos que ofrecían. 
Los que han conseguido este año que todo saliera adelante


Hubo de todo en esta edición de Alba, celebrada sin incidentes reseñables, lo que a la vista de la deriva que están tomando algunas fiestas de prao ya es un éxito. Nervios, trabajo, mucha familia y amigos arrimando el hombro, alguna decepción. Hubo hasta una boda la víspera, la de Belén y Luis el de Serandi, pero esto tampoco fue una novedad pues ya se casaron en Alba hace 49 años Pili y Mariano, un 20 de agosto de 1968. También hubo mucho trabajo el día después, el de la organización para recoger la basura. Queda mucho por hacer en el tema de responsabilidad medioambiental que empieza, sin duda, por dejar el monte como lo encuentras, pero ésta es otra historia


















viernes, 6 de octubre de 2017

Alta costura y fotografía. Conversación entre Marta Areces y Marcos Luengo.


La fotógrafa Marta Areces y el diseñador Marcos Luengo ofrecieron ayer tarde una conferencia sobre fotografía y moda dentro de la Semana Cultural de los “Moscones de Oro” que cada año organiza la Asociación de Amigos del concejo. Amigos y familia se dieron cita en la Casa de Cultura de Grado para abrigar a los conferenciantes.
Marcos Luengo, premio Moscón de Oro año 2017 invitó a la fotógrafa a acompañarle en la Conferencia cediéndole la palabra en todo momento y ocupando él un discreto segundo plano. Nadie mejor que Marta Areces que ha acompañado al diseñador en estos últimos tres años documentando su trabajo para mostrar junto al autor el aspecto más visual de este trabajo creativo íntimamente unido al arte.
Comenzaron manifestando la emoción que sentían de estar ayer en Grado entre amigos. Para Marta Areces que agradeció a Marcos su invitación, es muy grato acompañar a un amigo y que su pueblo lo reconozca y especialmente emocionante poder enseñar el fruto de su trabajo "fotografíamos lo que hemos vivido y cada vez estoy más contenta de haber escogido esta forma de expresar." Marcos por su parte se mostró encantado de conocer a todos los presentes y sentir el cariño y el apoyo de su gente. Vamos ambos jugaban en casa y cuando esto pasa realmente nada puede salir mal. 
La conferencia que empezó con nervios pues el grupo que ocupaba la sala multidisciplinar de la Casa de Cultura apuró su tiempo y no dejó a los siguientes, Marta y Marcos, prácticamente posibilidad para colocarse, tomar aire y respirar hondo antes de enfrentarse al público, no fue propiamente tal. Apoyándose en las fotos de Marta, los dos protagonistas, charlaron para un auditorio en el que la mayoría los ha visto crecer o ha crecido con ellos, no sólo del trabajo del diseñador sino también de su amistad desde niños. "Nos conocemos desde antes de nacer" dijo Marta y pasó a contar un poco como vivieron infancia y adolescencia en la villa moscona "estabamos locos porque llegaran las vacaciones", "Marcos siempre discurría de que nos ibamos a disfrazar por Santiago y Santa Ana y era increíble como veía también la puesta en escena de los disfraces", y como aunque la vida los llevo por caminos diferentes nunca dejaron de estar en contacto. "Es un hombre que ha ido reinventándose" afirma Marta.
En 2007, un minuto antes de comenzar la crisis después de mucho diseño de bolsos y mucha carretera por España para colocarlos en las mejores tiendas, Marcos Luengo se lanza a la aventura definitiva y para sobrevivir decide "crear a medida". Tarda poco en que su nombre comience a sonar en el mundo de la moda, en Asturias las novias y madrinas más elegantes han ido en estos últimos años vestidos por él, Luengo llama a Marta para que le acompañe en este camino. Ella se entrega a la labor intensa y emocionante de ir fotografiando este tiempo en la vida laboral del diseñador. Unos años de crecimiento laboral y personal. Unos años en los que dos son los pilares de este creador: Familia y equipo. Sin Verónica su esposa y sus hijas, Carmen y Teresa, no hay proyecto. Su equipo, el conjunto de trabajadoras que le acompañan y a las que siempre, siempre que tiene oportunidad reconoce su papel en este éxito y a las que nombra en cuánto tiene ocasión cuando habla con cariño y respeto como si todos ellos pertenecieran a idéntica familia. Y es que Marcos es un hombre humilde, humilde y generoso en saber dar a cada uno su lugar en esta empresa.


A lo largo de las fotos de Marta se pudo ver ayer el nacimiento de un sueño con el broche de oro final del primer desfile en Cibeles porque para muchos de nosotros, enamorados de la moda, la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid siempre será Cibeles.
Aprendimos mucho el público ayer. Desde el momento en que la prenda solo es una idea en la cabeza de Luengo que no trabaja con bocetos, "salvo los bocetos que le hago a Cristina" una de sus colaboradoras "que es la que interpreta lo que tengo en la cabeza" antes de convertirse en creación sólo es un trozo de tela que colocan sobre Carmen, una de sus hijas, dandole forma con alfileres, hasta que finalmente una modelo profesional defiende el look en una pasarela pasa mucho tiempo. Ese día, el del desfile, "para mi es el mejor porque mi trabajo ha finalizado y puedo relajarme" afirmó ayer Marcos. Finalizar una colección, la invitación a Cibeles que hay que ganarse por méritos, el traslado de los trajes a Madrid, el fiting que supone adaptar las prendas a las modelos que van a defenderlas en la pasarela, el orden del desfile que es muy importante para conseguir dinamismo y teatralidad para captar y mantener la atención. El movimiento de las modelos haciéndose con la prenda. La ilusión de las jóvenes cuando les van probando los trajes. La cara de la modelo jovencísima y guapísima cuando le dicen que ella va de novia y cierra el desfile. Las vestidoras una para cada modelo que pone Cibeles a disposición de los creadores. Las medidas de las niñas que nunca son las que mandan las agencias. El carrusel del final del desfile. Muchas anécdotas, muchos nervios, muchas risas. Todo eso y más se pudo ver ayer en una conferencia que fue más una conversaión de amigos en la que dos de la pandilla contaban como les ha ido la vida y el resto se alegraba de un éxito más que merecido.


La obra fotográfíca de Marta Areces tan bella y delicada como el trabajo del diseñador se puede ver estos días en la Casa de la Cultura de Grado junto a algunas de las creaciones de Marcos Luengo bajo en título “Antes del glamour”. Estará expuesta entre el 2 y el 16 de octubre.