Nunca pensé compartir mi vida con una peluda compañera de cuatro patas y, en febrero, hará ya nueve años que lo estoy haciendo. Lola, que hoy precisamente hace nueve, llegó a mi vida en el 2006, tenía cuatro meses y medio, y fue presentada en sociedad en mi 36 cumpleaños. Aquella fiesta fue un caos, como casi todo en mi vida (menos mi trabajo afortunadamente, aunque a veces lo parezca) En mi piso nos reunimos para conocer a la perrina y celebrar mi cumple casi cuarenta personas, de hecho, ella huyó del barullo de niños y mayores y encontró su refugio debajo de mi cama. "Dónde me he metido" pensó. Desde aquel día hasta hoy, han pasado muchas cosas, casi todas buenas, aunque he de reconocer que me ha metido en algunos líos y que si no fuera por el amor que le tengo, la habría matado hace tiempo. Tiene los ojos más bonitos del mundo y con esa mirada me desarma, así que, es bastante complicado mantener el enfado. Le gustan los niños como a mí y tiene mi mismo mal café. Creo que es verdad que los perros se parecen a sus dueños o ¿serán los dueños a los perros?
En estos años juntas, ella ha templado mi carácter y no al revés (que es como debería haber sido, creo, ¿no?)
Si quieres saber lo que es la lealtad, pon un@ perr@ en tu vida.
Si quieres saber lo que es "ser incondicional", pon un@ perr@ en tu vida.
Si quieres poner a prueba tu paciencia, pon un@ perr@en tu vida.
Pero, lo más importante, si quieres ver como alguien cree, confía y espera en ti sobre todas las cosas, pon un@ perr@ en tu vida. Y si es hembra mejor que mejor. Es la relación "personal" (en el sentido de que compartimos espacio vital) más duradera que he tenido y si obviamos que no pone pasta para los gastos, ni colabora en las tareas, es la mejor compañera de piso. Bastante más ordenada que yo e incluso menos ruidosa aunque hace unos años para matar el aburrimiento se dedicará a mover muebles cuando yo no estaba. Siempre acepta lo que le propones hacer como el mejor plan. Nunca se queja del menú y no se pelea por el mando de la tele (di tú que eso del mando en mi casa no es problema pues nunca sabemos donde está) Si no fuera por ella, mis fines de semana se habrían convertido en encierros voluntarios rodeada de libros, sin contacto con nadie. Y ella en las tardes de invierno de domingo espera fielmente a los pies de la cama a que yo acabe de leer la novela de turno y nunca, nunca me inquiere, ni me exige cambiar de planes en el último momento. Mi compromiso con Quirós, también pasa por su existencia, ya que como había que llevarla al monte... pues hagamos algo allí. Puedo afirmar que mi existencia cambió con ella. Incluso podría decir que no entiendo mi vida sin ella.
¿La vida, mi vida, debería de haber sido de otra forma? Si, seguramente sí, de hecho Lola no estaba prevista, pero como no lo ha sido y me gusta el devenir que ha tomado, hoy soplaré las velas por Lola y como deseo, pediré un puñado de años más para compartir juntas con salud y calidad de vida, porque los perros también se merecen una buena vejez y en ello estamos. También pediré que cuando llegue la hora no me pueda el egoísmo y la deje marchar en paz al "cielo de perros", sólo al de perros porque sí fuera al de "perros y gatos" tendríamos un problema.
Felicidades Lola, me haces muy feliz, espero que tú también lo sientas así.
Felicidades Lola, me haces muy feliz, espero que tú también lo sientas así.